Historia de Villar de Olalla

SITUACIÓN ACTUAL

Villar de Olalla, municipio situado a 10 Km de la capital conquense y que actualmente se dedica a la agricultura (cereal y girasol) e industria, (matadero). Su término municipal alcanza hasta las pedanías de Barbalimpia, Villarejo Seco y Ballesteros. Contando además con la Urbanización Las Pernalosas y sin olvidarnos de los caseríos de la Abengozar, el Zarzoso y Caballeros. Cuenta con una población de 1271 habitantes según el censo de 31 de Diciembre de 2017

HISTORIA

El municipio surgió con un asentamiento en la edad de bronce como se demuestra en el yacimiento estudiado. También se sitúa un pequeño poblado en la época celtíbera, posiblemente del pueblo Carpetano. En época romana surgirá su nombre, la palabra “VILLAR” proviene de esta época, y sirve para designar un lugar que se encargaba de dar cobijo a los viajeros que viajaban por las calzadas romanas, no se sabe la veracidad de este dato, pero si que hay diversas pruebas de la existencia de estos por nuestro municipio, sin olvidarnos de ambos puentes romano que rodean nuestro pueblo: el Palmero y el Puente de Ballesteros, además de un pequeño asentamiento romano y numerosas villas en las orillas del río San Martín , estos datos pueden dar validez a esta teoría.

Aunque otra teoría que hay que tener en cuenta es que podría ser un pueblo fundado tras la Reconquista y se le pone ese nombre al igual que muchas otras localidades de nuestra provincia.

El nombre de “OLALLA” sí que está más claro. Proviene de la palabra árabe “WALAYA” que significa “TIERRA FÉRTIL” ya que el municipio se encuentra entre las vegas del rio San Martín y el Júcar. Aunque en época medieval no había tanta tierra cultivable y la mayoría de la población se dedicaba al pastoreo.

La primera vez que aparece este municipio en unos documentos será en el testamento del Cardenal Gil de Albornoz heredándolo su sobrino García Álvarez. Esta familia ya poseía este terreno tras la reconquista de Cuenca en 1177, ya que el Rey Alfonso VIII se lo dejó como recompensa por la ayuda de la conquista de Cuenca.

Esta familia no fue una de las más importantes de la Corte del Rey, pero sí que fue una de las importantes de vuestra provincia, teniendo territorios desde el Tajo hasta el Sur de la provincia y la Comunidad de Valencia por el Este. Cuando este linaje se extinguió, paso a formar `parte del patrimonio de Álvaro de Luna o Álvaro de Albornoz, con lo cual se puede sacar la conclusión que Villar de Olalla comenzó a repoblarse después de la Reconquista.

Según los censos que se han realizado a lo largo de la Historia, se puede saber que Villar de Olalla en 1579 tenía 120 vecinos. La población fue creciendo gradualmente y en 1587 había 130 vecinos, este pequeño aumento de la población se debe a la alta mortalidad que había en esta época, en 1591 la población creció a 156 vecinos, este censo nos dice quién debía pagar los impuestos y nos cuenta que 150 eran PECHEROS (gente que pagaba impuestos) 4 eran HIDALGOS y 2 CLÉRIGOS.

En la segunda mitad del siglo XVII, solo hay noticias de clérigos y representantes de la iglesia que nos relatan que esta misma estaba en construcción. También nos dice que las poblaciones de alrededor (Ballesteros, Zarzoso y Abengozar) tenían poca población y no tenían lugar para el Santo Sacramento, con lo cual tuvieron que repartir entre su población rosarios, catecismos y libros para esta gente que no se podía desplazar a Villar de Olalla a la misa.

Durante este siglo se comenzó a celebrar la fiesta en honor a la Virgen del Villar, al principio fue venerada en una ermita situada en el mismo lugar donde apareció la Virgen, situada en la Loma de la Virgen. Antiguamente todo el pueblo se trasladaba en romería hasta este lugar donde se le rendía culto. Esta peregrinación se acabó con la construcción en el siglo XVIII de la Ermita a escasos metros de la Iglesia del pueblo, pero este hecho aún se recuerda cuando el día 7 de septiembre se hace el traslado de la Virgen desde la Ermita a la Iglesia.

En cuanto a población se refiere, tuvo que haber un gran repunte, ya que no tenemos datos que nos digan un número exacto, pero es el mayor hacendado de la Villa de la Marquesa de Caracena que aparece en el censo del Marques de la Ensenada.

En 1785, el municipio tenía una extensión considerable y contaba con una población de 533 habitantes, reuniendo gente de todos los estamentos de época moderna. Pero en el censo de 1845, en el Diccionario de Madoz, describe el pueblo y dice que consta de 90 casas de mala construcción, tierras destinadas al pasto y con caminos locales y malos. Había una población de 640 almas. También describe el municipio de Ballesteros donde había unas 10 casas en donde se repartían unos 39 vecinos.

Ya en 1940, el municipio contaba con 1316 habitantes, de los cuales 12 vivían en Barbalimpia, siendo ésta entonces un núcleo independiente. Durante la guerra civil fue víctima de saqueos y destrozos tanto en la Iglesia como en la Ermita, robando todo lo de valor y quemando todo lo demás, causando un gran destrozo en todo lo que a tallas y obras de arte se refiere. Durante estos saqueos se tiene la noticia de que fue dado muerto un vecino del municipio por parte de los saqueadores.

ESCUDO

En cuanto al escudo del pueblo, se nos representa una villa amurallada de plata y con hondas de agua en la parte inferior del escudo. En los cuatro cantones del escudo se puede ver las cuatro poblaciones oficiales que había durante la Edad Media, Caballeros, el Zarzoso, Abengozar y Ballesteros. Todo esto timbrado con la corona del Reino de España.

La villa central amurallada puede hacer referencia a su topónimo “VILLAR” y las hondas de agua que se sitúan en la parte inferior del escudo, representan a ambos ríos: San Martin y el Júcar, formando una vega de la que proviene la palabra “OLALLA”.

En relación con los símbolos de las esquinas, comenzaremos por la torre de plata, esta torre aclarada de azul representa a la Abengozar. Proviene de los Alvares de Meda, caballero del Rey Alfonso VI que derrotó a los moros en el lugar donde se sitúa este caserío hoy en día. Con lo cual esta torre se puso en su honor y es la torre que aparece en el escudo de armas de este linaje.

Caballeros está representado por un caballero de oro con su escudo y espada. Ballesteros se le identifica con la ballesta que sale en la esquina inferior izquierda y por último, al Zarzoso se le representa con una zarza con frutos de oro.